Espaciosa habitación de 36 m2 y entrada cenital que toma su nombre del imponente arco de piedra que, íntegramente restaurado, preside la estancia desde la pared del fondo y que era el primer control que debían cruzar aquéllos que querían acceder a Valencia en época árabe (siglo XII). Es la única habitación, además, situada extramuros, lo que permite apreciar la cara exterior de la muralla en el encuentro con la torre árabe.
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